02 Marzo 2021

El GTM de La Salle-URL participa en un estudio sobre el desarrollo facial en el síndrome de Down

El trabajo, dirigido por investigadores belgas y españoles, identifica el té verde como elemento modulador

Un nuevo estudio dirigido por investigadores belgas y españoles y publicado en la revista Scientific Reports aporta evidencias sobre los beneficios potenciales de los extractos de té vede sobre el síndrome de Down. Los investigadores observaron que la ingesta de extractos de té verde puede reducir la dismorfología facial en niños con síndrome de Down cuando este producto se toma durante los primeros tres años de vida. La Salle Campus Barcelona – Universitat Ramon Llull forma parte del estudio a través de dos de los investigadores de su grupo de investigación en Tecnologías Media (GTM), Xavier Sevillano y Alejandro González.

En la parte experimental del estudio, llevada a cabo con ratones, se confirmaron estos efectos positivos con dosis bajas de consumo. No obstante, los expertos encontraron que dosis elevadas del extracto pueden alterar el desarrollo facial y óseo en los animales de laboratorio. Por este motivo, serán precisas nuevas investigaciones para entender los efectos de los extractos de té verde, un producto que siempre se debe consumir bajo supervisión médica.

El síndrome de Down está causado por la presencia de una tercera copia del cromosoma 21 (trisoma 21), una alteración genética que provoca una sobreexpresión de los genes de este cromosoma y resulta en una serie de discapacidades físicas e intelectuales. Uno de estos genes, el DYRK1A, contribuye a alterar el desarrollo cerebral y óseo en personas con síndrome de Down, entre otros mecanismos de acción. Además de esto, se sabe que un compuesto del té verde —el epigalocatequina-3-galat o EGCG inhibe la actividad del gen DYRK1A—. En esta línea, trabajos anteriores (The Lancet, 2016) habían constatado el potencial del EGCC para mejorar las capacidades cognitivas en niños y jóvenes con síndrome de Down.

En el nuevo estudio, los investigadores analizarán el efecto de los suplementos del té verde sobre el desarrollo facial en el síndrome de Down. En la parte experimental, se analizaron los efectos de los suplementos de EGCG en dosis diferentes sobre ratones que eran modelo del síndrome de Down. En una segunda parte, se realizó un estudio de tipo observacional sobre niños y niñas con síndrome de Down y se comparó con niños que no presenta este desorden genético (grupo control). El trabajo está liderado por el Centro de Regulación Genómica, el EMBL, la Universitat de Barcelona y la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), y es el resultado de una colaboración internacional en la que también participan equipos de la Universidad Central de Florida (Estados Unidos), La Salle Campus Barcelona – Universitat Ramon Llull y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), entre otras instituciones.

En el caso de los estudios con los ratones, los expertos iniciaron el tratamiento antes del nacimiento —durante el desarrollo embrionario de las crías en el útero— mediante la suplementación de extractos de té verde en el agua potable en dosis bajas o altas. “El tratamiento con dosis bajas tuvo un efecto positivo en ratones que son modelos del síndrome de Down”, detalla la profesora Greetje Vande Velde (Universidad Católica de Lovaina, Bélgica), coautora del estudio. “El sesenta por ciento de estos ratones presentaron unas características faciales similar a las del grupo de control”. “Pese a esto, el tratamiento con dosis elevadas aportó resultados muy heterogéneos. Incluso en algunos casos llegó a alterar el desarrollo facial, de modo que causó una dismorfología adicional. Esto se va a producir en todos los ratones, independientemente de ser modelos del síndrome de Down o no”.

Efectos dependientes de la edad

El estudio observacional con voluntarios se llevó a cabo en España y también incluyó participantes procedentes de América del Norte. Participaron 287 niños de entre 0 y 18 años, incluidos los niños y niñas con síndrome de Down que ingirieron (n = 13) o no (n = 63) un suplemento de EGCG en condiciones de autoconsumo y sin seguir un protocolo prescrito.

"Todos los participantes en el estudio fueron fotografiados desde varios ángulos para crear un modelo 3D de sus caras", explica Neus Martínez-Abadías, profesora de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona y coautora principal del estudio. "Para comparar los rasgos faciales de los participantes, se utilizaron 21 marcadores antropométricos y el análisis de distancias faciales. En el grupo de menor edad —entre cero y tres años— observamos que cuando comparábamos niños con síndrome de Down que no nunca habían recibido tratamiento con niños que no padecen esta trisomía, el 57% por ciento de las distancias de la cara eran significativamente diferentes. Cuando en la comparación considerábamos los niños que sí recibieron tratamiento con EGCG, esta diferencia fue mucho menor, sólo el 25%. Así pues, observamos que después de la suplementación con té verde, la dismorfología facial disminuye y los niños y niñas con o sin síndrome de Down se parecen más".

"Ahora bien, no identificamos un efecto similar en el grupo de adolescentes", continúa Neus Martínez-Abadías. "Incluso cuando habían ingerido extractos de té verde, la diferencia en los rasgos faciales se mantenía alrededor 50% si los comparábamos con el grupo control. Estas conclusiones sugieren que los suplementos de té verde solo afectan el desarrollo facial cuando se administran en las primeras etapas de la vida, momento en que las estructuras de la cara y del cráneo crecen más rápidamente ".

"Nuestra participación ha consistido en implementar algoritmos para cuantificar las diferencias entre la forma de la cara de individuos sanos e individuos con síndrome de Down a partir de landmarks faciales", explica Xavier Sevillano, investigador de La Salle-URL. "Además, dado el tamaño limitado de la muestra disponible, diseñamos un método de simulación para validar la significancia estadística de las diferencias observadas entre los dos grupos de individuos, dando el apoyo estadístico necesario a las conclusiones del estudio", añade.

Más investigación para conocer mejor los efectos de los EGCG

"A pesar de los beneficios potenciales que hemos observado, las conclusiones del trabajo son preliminares y hay que considerarlas con precaución ya que se basan en un estudio observacional", alerta la profesora Vande Velde. "Es necesario impulsar nuevas investigaciones para evaluar con más detalle los efectos de los suplementos de EGCG, la dosis adecuada y su potencial terapéutico en general. También habría que considerar los posibles efectos sobre otros órganos y sistemas, y no centrarnos únicamente en el desarrollo de la cara. Esto requiere primero una investigación más básica en el laboratorio con ratones y luego estudios clínicos con más participantes y con un protocolo de consumo controlado de estos suplementos ".

"Nuestros descubrimientos sugieren que los efectos del EGCG son muy dependientes de la dosis", concluye la profesora Martínez-Abadías. "Los productos que contienen EGCG están disponibles comercialmente y se utilizan regularmente para promover una buena salud. Por ello, es importante seguir siempre las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre las dosis máximas de consumo y consultar siempre a un médico antes de tomar los suplementos". "Nuestro trabajo constata sus potenciales efectos beneficiosos sobre el desarrollo facial a dosis bajas en personas afectadas por el Síndrome de Down, pero también se ha visto que a dosis muy altas pueden producir efectos imprevisibles en los ratones. Hay que impulsar nuevas investigaciones en humanos para determinar la dosis óptima a cada edad que maximice los beneficios potenciales", concluye la investigadora.

El trabajo se ha llevado a cabo con la cofinanciación de las fundaciones privadas BBVA, Marguerite-Marie Delacroix y la Fundación Jerome Lejeune, el apoyo institucional de CRG Centro de Excelencia Severo Ochoa, la Universidad Central de Florida y la Universidad Católica de Lovaina, así como recursos de financiación pública de la Asociación Americana de Antropólogos Físicos, la Fundación de Investigación Flandes y el anterior Ministerio de Economía y Competitividad del gobierno central.

 

Artículo de referencia:

Starbuck, JM.; Llambrich, S.; Gonzàlez, R.;  Albaigès, J.; Sarlé, A.;  Wouters, J.; González, A.; Sevillano, X.; Sharpe. J.; De La Torre, R.; Dierssen, M.;  Greetje Vande Velde, G.; Martínez‑Abadías, N. «Green tea extracts containing epigallocatechin-3-gallate modulate facial development in Down syndrome». Scientific Reports, febrer de 2021. Doi: 10.1038/s41598-021-83757-1